Ricardo Arjona, el Circo Soledad llegó a Suiza

Ricardo Arjona en vivo en Suiza

Jamás pensé jamás soñé pasar una noche mágica con los versos del poeta Ricardo Arjona en la tierra de los Alpes, adonde emigré hace casi un año y medio. Chapina como el maestro, verlo tan cerquita y corear junto a él significó volver por poco más de dos horas a mi tierra del Quetzal, viajar cientos de kilómetros hasta mi casa y revivir las emociones de aquel primer concierto en el Teatro Nacional de la ciudad de Guatemala, cuando junto a mis hermanos lo vi en vivo por primera vez en el lejano 1999. Sólo los que vivimos tan lejos de nuestra tierra natal podemos entender la magnitud de tan rara y exquisita oportunidad: Arjona en Europa, un sueño. Piel de gallina, voz cortada, y ojos empapados de emoción: esto fue el Circo Soledad. Cómo él mismo afirmó en su cuenta de Instagram, Suiza fue “cantar en lugares que nunca sospeché”. Pues, no eras el único a pensarlo. 

“Latinoamérica completa, buenas noches”, nos dijo al inicio del concierto, “Estar vivo vivo lo que se llama vivo de verdad es arriesgarse a las filas, al presupuesto y a tantas cosas más para ver si un tipo que viene de alguna parte logra arrancarnos un pedacito de emoción…es estar aquí, es hacer cosas, es dejar de estar mandando besos por el teléfono y darlos en vivo que son más ricos…” Y es que lo mejor de verlo en vivo son precisamente esos momentos en que entre canciones, se sienta cómodamente en alguna parte del escenario como si estuviera en el sofá de su casa y le habla al público y le cuenta anécdotas o historias o comparte sus pensamientos que son siempre tan acertados. Poesía pura, esto es Ricardo, sus letras y su música, desde su “Jesus hermanos míos es verbo no sustantivo” pasando por el “Empacó un par de camisas, un sombrero, su vocación de aventurero” hasta “Lo que es tuyo está bajo tu piel, todo lo demás es un hotel”.

Me hubiese encantado ser su señora de las 4 décadas de este 4 de mayo en Suiza, aunque todavía me falten algunos años, y decirle lo mucho que me inspiran sus canciones, y agradecerle por las tantas veces que me ha hecho sonreír, llorar y enamorarme, y sobretodo por el orgullo de decir que es un artista guatemalteco y que somos paisanos.

Gracias Arjona, sos lo mejor de Guatemala.

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