Tricolor

De repente el silencio se agita,
y la bulla se calma.
Siento el peso, ese tremendo peso,
que se llama oscuridad.

Un pie enfrente del otro,
una cuerda por halar.
brazadas y brazadas,
gritos, represalias e inmovilidad.

Los ruidos del desconsuelo,
no me han de cegar.
Las puertas no son rocas.
Y tu, falta de todo,
no me vas a esposar.

El horizonte no cambia.
Quien cambia, soy yo.
Sigue intacto. Sigue allí.
Amarillo, anaranjado, azúl.

Engranajes del camino,
Dictadura del destino,
Yo he cambiado.
Ahora llevo el peso, ese tremendo peso,
que se llama libertad.

Y aquí voy, contigo en mi ilusión.
Brazadas y brazadas,
aguas salvajes, aguas serenas, no importa.
Algunas cosas nunca cambian.

De repente el cansacio se apacigua,
y quien cambia, soy yo.
Hoy manchada. Hoy firme.
Verde, blanca, roja.

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