Son una obra de arte. En Italia, como se sabe, la comida es espectacular, es parte de la cultura y no se limita a la famosa pizza o pasta. Aquí realmente viven para comer y no comen para vivir, en el buen sentido de la palabra (son contados los gordos) y los platos típicos italianos son infinitos.
El secreto es la calidad de los ingredientes y la simplicidad. Un gran plato puede tener dos ingredientes y ser delicioso, como la pasta con coliflor y muddica (miga de pan en siciliano).
O un simple panino (sándwich) que no lleva nada más que jamón y queso. No le ponen ketchup, mayonesa, mostaza o todos los demás ingredientes que le pondríamos en América.
En Italia los sabores se deben distinguir bien y nada que no se debe mezclar, se mezcla.
Hace unos días salímos a cenar y éstas fueron las obras de arte que comimos.
Una bontà!